Nadie esperaba que la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, la mujer encargada en la sombra de poner método en el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, diera una entrevista. Mucho menos, que concediera 11. Pero lo ha hecho, a la revista Vanity Fair, que el martes publicó un perfil en dos partes, fruto de esas conversaciones. El resultado ha puesto patas arriba Washington porque en él la funcionaria, cuya fama de discreta solo es equiparable a su reputación de eficaz, suelta, entre otras bombas, que Trump tiene “personalidad de alcohólico”. No porque beba, el republicano es tal vez el abstemio más famoso del mundo, sino porque se comporta como si “no hubiera nada que no pueda hacer”.Trump no es el único en la Casa Blanca y sus alrededores al que el arrebato de sinceridad de Wiles ha salpicado. En el artículo, la jefa de gabinete define al vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, como “un teórico de la conspiración”, confirma los rumores de que Elon Musk consume ketamina y critica a la fiscal general, Pam Bondi, por la gestión del caso del pederasta Jeffrey Epstein.La publicación de la entrevista, que viene acompañada del tratamiento Vanity Fair al completo, con fotografías estudiadas de muchos de Wiles acompañada de destacados miembros de la Administración de Trump, sacó a la Casa Blanca del sopor prenavideño para ponerla en modo de reducción de daños. La propia jefa de gabinete, que, a diferencia de muchos de sus compañeros, no acostumbra a terciar en asuntos de la actualidad, reaccionó en X con la clásica excusa: se sacaron de contexto sus palabras. “El artículo publicado esta mañana es una pieza engañosamente elaborada que me ataca a mí y al mejor presidente, al mejor personal de la Casa Blanca y al mejor gabinete de la historia”, dijo Wiles en la red social.“Se ignoró un contexto significativo y se omitió gran parte de lo que yo y otros dijimos sobre el equipo y el presidente. Supongo, después de leerlo, que esto se hizo para crear una narrativa caótica y negativa sobre el presidente y nuestro equipo”, agregó. Las palabras de Wiles solo contribuyeron a empeorar las cosas, dado que la entrevistada no niega la veracidad de nada de lo publicado, y que el reportero tiene obviamente grabado. Trump saltó después al ruedo para defender a Wiles en una entrevista de urgencia con The New York Post. El presidente dijo que ella tenía razón, admitió que tiene una “personalidad de alcohólico” y que confía en que Wiles continuará en su puesto. “No lo leí, no leo Vanity Fair, pero ella ha hecho un trabajo fantástico”, declaró, antes de puntualizar que Wiles no quiso decir eso. “Yo no bebo alcohol. Todo el mundo lo sabe, pero he dicho a menudo que si lo hiciera, tendría muchas posibilidades de ser alcohólico”.El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo por su parte que era “obvio” que Vanity Fair había manipulado las declaraciones de Wiles para “perjudicar” aa Casa Blanca. El entrevistador se llama Chris Whipple y no es un habitual de la revista. En Washington es conocido más bien como el autor del libro The Gatekeepers: How the White House Chiefs of Staff Define Every Presidency (los guardianes: cómo los jefes de gabinete definen cada presidencia), un útil repaso a una figura tremendamente influyente en la política estadounidense. Tal vez fuera eso, la tentación de mirarse en el espejo de los grandes hombres que la precedieron (Wiles es la primera mujer en la historia en asumir el cargo), lo que la convenció de romper su inquebrantable discreción para dejarse apuntar por todos los focos del voraz, inmisericorde y poco favorecedor ciclo de las noticias de Washington.
La jefa de gabinete de Trump afirma en una entrevista que el presidente tiene “personalidad de alcohólico” | Internacional
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