La llegada de buques de guerra de Estados Unidos a las costas de Venezuela, en el marco del escuadrón anfibio ordenado por el presidente Donald Trump, hace parte de una poderosa ofensiva para enfrentar, según dijo, las amenazas de seguridad provenientes de la región, en particular las operaciones de los carteles latinoamericanos que se nutren de la producción cocalera colombiana, sumado a las redes controlan rutas transnacionales del tráfico de droga.El país mantiene en la actualidad más de 230 mil hectáreas de hoja de coca distribuidas en 15 enclaves cocaleros, una extensión que constituye la base productiva del narcotráfico en el país y de la región. Estos territorios se han convertido en el principal motor económico de los grupos armados organizados, que disputan con violencia el control de corredores estratégicos, configurando escenarios de confrontación y dominio territorial en distintas regiones.EL TIEMPO conoció en exclusiva un informe de inteligencia que describe con precisión cómo se ha configurado una red multinacional de narcotráfico en el continente a la que EE. UU. busca desmantelar.La articulación, según el documento, se da entre carteles internacionales, Grupos Armados Organizados (GAO) en Colombia, y las organizaciones transnacionales (DTO).Donald Trump ordenó un amplio despliegue militar en el Mar Caribe. Foto:Archivo EL TIEMPO / Agencias AFP y EFEDe acuerdo con la información, los carteles mexicanos, venezolanos y brasileños delinquen de manera coordinada en al menos once países, lo que ha expandido de forma significativa el alcance de las economías ilegales en la región.Los principales gruposEn el plano de los principales actores, el informe menciona al Cartel de Sinaloa y al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de México, además del Cartel de los Soles en Venezuela, a quien Estados Unidos señala a Nicolás Maduro de ser su principal cabecilla y por quien ofrece 50 millones de dólares por su cabeza.Estas organizaciones sostienen conexiones activas con grupos colombianos y participan en operaciones conjuntas que se extienden hacia Ecuador, Panamá, Perú, Honduras, República Dominicana, México, Chile, Costa Rica y Estados Unidos.Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. Foto:AFPUna fuente judicial consultada explicó que “la frontera con Venezuela, en toda su extensión, se mantiene activa en el tráfico terrestre de cargamentos ilegales, donde pequeñas y medianas rutas complementan los grandes corredores establecidos”.La red no se limita a México y Venezuela. Brasil aparece con estructuras como la Familia do Norte, el Primer Comando da Capital y el Comando Vermelho, cuyos líderes —José Roberto Fernández, alias Ze Roberto; Marcos Williams Herbas Camacho, alias Marcola; y Luiz Fernando da Costa, alias Fernandinho Beira-Mar— se relacionan directamente con las rutas que controlan los carteles mexicanos. Estos vínculos fortalecen el esquema de distribución hacia el Cono Sur y consolidan las conexiones con mercados en Norteamérica y Europa.De acuerdo con el informe, Venezuela, con el Cartel de los Soles figura como un gran articulador de las organizaciones transnacionales con los grupos armados, grupos de disidentes de las Farc, grupos delincuenciales de todo el continente.Cartel de los Soles Foto:Archivo EL TIEMPOColombia juega un papel central en esta convergencia. El ‘clan del Golfo’, las disidencias de las Farc y el Eln son identificados “como aliados” internos de las redes internacionales. Su función consiste en garantizar el suministro constante de cocaína y marihuana, además de custodiar corredores estratégicos que atraviesan el territorio nacional hasta llegar al Caribe y Centroamérica.En particular, el Eln ha sido señalado como una organización binacional por delinquir tanto en Colombia como en Venezuela, bajo el amparo de estructuras estatales del régimen de Nicolás Maduro, según agencias de inteligencia.De acuerdo con el informe, el Caribe colombiano constituye un punto neurálgico en la salida de la droga hacia el exterior. Los puertos de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta han sido utilizados para cargar contenedores con cocaína y marihuana, que son enviados hacia destinos internacionales.Las cifras respaldan la magnitud del fenómeno. De acuerdo con datos oficiales de la Armada Nacional, en lo corrido de 2025 en aguas del Caribe han sido incautadas 134,8 toneladas de cocaína y 21,3 toneladas de marihuana. La cocaína proviene de enclaves de producción en Catatumbo, Nariño, Cauca y Sur de Bolívar, mientras que la marihuana se moviliza principalmente desde Cauca. El transporte se realiza mediante rutas terrestres y fluviales hasta los puertos de salida.gualmente, fueron incautados más de 1.300 millones de pesos en efectivo. Foto:Fiscalía GeneralUnos análisisFrente a este panorama, la administración de Donald Trump decidió desplegar capacidades militares en el Caribe, en lo que expertos han descrito como una acción inédita desde la Invasión a Panamá de 1989. Elizabeth Dickinson, analista sénior de International Crisis Group, sostuvo que “lo que tenemos hasta ahora es un gesto simbólico para mandar un mensaje muy claro, sobre todo al gobierno de Venezuela, frente a la voluntad de Estados Unidos de presionar el tema de la salida de drogas hacia sus fronteras”. La especialista agregó que el despliegue de portaviones y submarinos nucleares responde más a una señal diplomática y política que a necesidades operativas inmediatas.El académico César Niño explicó que el contexto actual guarda algunas similitudes con la situación de Panamá en 1989, aunque también diferencias notorias. “En similitudes, efectivamente tiene que ver con un régimen relacionado con el narcotráfico, como el de Nicolás Maduro y, en su momento, el de Manuel Noriega; pero en términos de contraste, los contextos son totalmente distintos”, señaló. Según Niño, la operación naval en costas venezolanas busca disuadir y aumentar las interdicciones, más que ejecutar un desembarco de tropas.El mismo analista remarcó la importancia de Colombia en esta coyuntura. “El Eln delinque como una fuerza criminal binacional, ocupa territorio tanto en Venezuela como en Colombia y es conocido que la presencia en Venezuela tiene un cobijo especial por el régimen de Nicolás Maduro”, afirmó.Miembros del Eln. Foto:EFE.En ese sentido, Colombia no solo aporta la producción y los corredores, sino que queda directamente involucrada en la confrontación internacional debido a los nexos de sus grupos armados con las redes regionales.Niño también precisó que la estrategia estadounidense tiene un componente geopolítico más amplio. “Lo que parece estar buscando el gobierno de Donald Trump es mostrar que el vecindario sigue siendo zona de influencia estadounidense”, explicó. La presencia de 4.000 a 4.500 soldados en el Caribe, con capacidades navales y aéreas, no implica la preparación de una invasión, pero sí el envío de un mensaje diplomático de peso. Según el experto, se trata de una política de disuasión acompañada de presión económica y política sobre el régimen venezolano.En este marco, la situación coloca a Colombia como un país llamado a atender la amenaza, sobre todos los distintos grupos armados que hacen presencia en el territorio. La producción de droga, la ubicación geográfica, la participación de grupos armados locales en alianzas con carteles internacionales y la relación directa con Venezuela convierten al país en un actor inevitable dentro del conflicto.Jesús Blanquicet – Justicia – @JusticiaET – blaant@eltiempo.com

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