Un mes después del atentado sicarial contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia, occidente de Bogotá, nuevas revelaciones obtenidas por EL TIEMPO a través de fuentes judiciales de alto nivel apuntan a una estructura criminal compleja que conecta al crimen organizado urbano con la insurgencia armada.Las autoridades han señalado como posible autor intelectual del atentado al grupo disidente de las Farc Segunda Marquetalia, comandado por José Aldinever Sierra, alias el Zarco Aldinever, hombre de confianza del exjefe guerrillero ‘Iván Márquez’. Según información de inteligencia, el Zarco estaría ordenando acciones terroristas desde territorio venezolano, buscando desestabilizar el panorama político colombiano, en un año clave de definiciones electorales.Fuentes consultadas por EL TIEMPO, señalaron que la negociación arrancará el próximo mes. Foto:Presidencia / Captura de video LEA TAMBIÉN La ruta del sicariato: una red en el corazón de BogotáLos detalles del atentado muestran un grado de organización que va más allá del crimen común. Según las fuentes consultadas por este diario, el joven que disparó contra el senador Uribe no tenía vínculos previos con la mayoría de los adultos capturados por el hecho. Tres de ellos, Carlos Eduardo Mora, alias Veneco; Katerine Martínez, alias Gabriela, y William Fernando Cruz, alias El Hermano no conocían al menor hasta el mismo día del ataque.Alias El Costeño fue capturado en una casa en el barrio El Muelle. Foto:Fiscalía y Archivo particularLa única excepción sería Elder José Arteaga, alias El Costeño o ‘Chipi’, quien reclutó y contrató al menor para ejecutar el atentado. Según la información, El Costeño habría sido el puente entre la oficina de cobro que lidera en Bogotá y posibles intereses de la Segunda Marquetalia.Esta oficina de cobro, que delinque desde 2022, tiene presencia en Santa Fe, Mártires, Engativá, Bosa y en zonas limítrofes con Soacha, y su accionar criminal se ha extendido a la venta de estupefacientes y sicariato selectivo. LEA TAMBIÉN Los roles definidos en el atentadoLas investigaciones también han permitido reconstruir con precisión la logística del atentado. El día de los hechos, alias Veneco (conductor habitual del grupo) manejó el vehículo Chevrolet Spark en el que se movilizaban El Costeño, Gabriela y el menor. Todos fueron llevados hasta el parque El Golfito, en Modelia, punto desde donde se desplegó la acción armada.Alias El Hermano, por su parte, es señalado como socio histórico de El Costeño. Ambos habrían trabajado juntos en múltiples actividades ilegales, aunque hasta el momento ninguno ha rendido declaración formal ante las autoridades.El costeño Foto:PolicíaLas fuentes aseguran que el ataque no fue planeado directamente por la Segunda Marquetalia, sino que se habría producido a través de intermediarios, en una operación subcontratada con estructuras locales para mantener el velo de impunidad y dispersión operativa. LEA TAMBIÉN Huida, refugio y movimientos en CaquetáTras el atentado, y en medio de la presión judicial y mediática, los implicados comenzaron a moverse. Alias Gabriela, según investigadores, se trasladó a Caquetá, un departamento clave para la retaguardia de la Segunda Marquetalia, donde supuestamente sería protegida junto a otros integrantes de la red criminal de El Costeño.Este hecho confirma que la red tiene capacidad de movilidad nacional, y que no se trata de un grupo delincuencial aislado, sino de una estructura conectada con intereses insurgentes, con líneas claras de mando y capacidad para planear y ejecutar ataques contra figuras públicas.La moto que transportó al sicario. Abajo, las motocicletas encontradas en la casa de ‘el Costeño’. Foto:Archivo particular¿Por qué Miguel Uribe?Aunque no se ha confirmado el móvil exacto del atentado, fuentes de inteligencia manejan dos hipótesis: una, que el ataque obedeció a su perfil político conservador y de oposición a grupos armados ilegales, y otra, que su visibilidad como precandidato presidencial lo convierte en objetivo simbólico para estructuras que buscan generar miedo e inestabilidad. LEA TAMBIÉN Lo cierto es que el atentado contra el senador Uribe marca un preocupante retorno a los tiempos en los que la política y el terrorismo se cruzaban con frecuencia, y confirma que algunas disidencias de las Farc, lejos de debilitarse, se están sofisticando en su accionar urbano.Eldel Arteaga, ‘el Costeño’; alias Gabriela, ‘el Veneco’, alias el Hermano y el sicario. Foto:EL TIEMPO/ Archivo ParticularEl mensaje que retumba en la política nacionalEl ataque también ha encendido las alertas en los organismos de seguridad y ha forzado un replanteamiento de los esquemas de protección a figuras públicas. Varios sectores políticos han exigido acciones más contundentes por parte del Gobierno frente a las amenazas crecientes de grupos como la Segunda Marquetalia, especialmente en este año preelectoral.Mientras tanto, las autoridades continúan con indagaciones a los capturados y avanzan en la identificación de los enlaces entre la oficina de cobro de El Costeño y los mandos medios de la Segunda Marquetalia.

el hombre clave de ‘Iván Márquez’ que habría ordenado el ataque a Miguel Uribe desde Venezuela
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