La estancia de Enrique de Inglaterra en el Reino Unido está acaparando toda la atención de los medios británicos e internacionales. Algo ha cambiado desde la última vez que pisó su país natal el pasado abril por un juicio por su seguridad en suelo británico que perdió: quiere, por fin, reconciliarse con su familia después de cinco complicados años en los que se ha distanciado desde que abandonara la institución y se mudara a California con su familia. Desde hace semanas se rumoreaba con la posibilidad de que el duque de Sussex sacase algo de tiempo de su complicada agenda —esta es la visita más larga a Reino Unido desde que falleció la reina Isabel II hace tres años— para reunirse con su padre, el rey Carlos III, al que no ve desde febrero de 2024, cuando viajó a la capital londinense para encontrarse con él después de que hiciese público su diagnóstico de cáncer. El encuentro finalmente se ha producido este miércoles, 10 de septiembre. Así lo confirman los fotógrafos y corresponsales reales que han acudido a las puertas de Clarence House —residencia oficial de Carlos III y Camila en Londres desde 2003—, que habían acudido con la esperanza de ver entrar en coche al hijo pequeño del monarca. En un vehículo negro y al filo de las cinco y media de la tarde —hora británica—, el príncipe Enrique llegaba para reunirse con su padre después de 18 meses. Más informaciónHasta esta misma mañana, el rey Carlos III se encontraba en el castillo de Balmoral, su residencia real durante la temporada de verano en Escocia. Se le había visto coger un avión y aterrizar en Londres, pero se desconocía si se trataba de un viaje programado para recibir su tratamiento semanal contra el cáncer o si este traslado tenía otro motivo mayor. Desde que el duque de Sussex llegó a Londres el pasado lunes 8 de septiembre, ha acudido a diferentes compromisos con asociaciones con las que colabora desde la distancia. Tras concluir su cita de primera hora de la tarde, y pese a tener más de tres horas de descanso con el siguiente evento, advertía a los que le esperaban en la puerta que tenía prisa porque llegaba “tarde”. No ha desvelado a qué llegaba tarde, pero no ha hecho falta esperar mucho para saber que su siguiente cita era con su padre. No se espera que se conozcan detalles de su conversación, al igual que ocurrió con la que de febrero de 2024. El coche de Enrique de Inglaterra, a su llegada a Clarence House, residencia oficial de Carlos III en Londres, este miércoles.Carlos Jasso (REUTERS)En una entrevista con la BBC el pasado mes de mayo, Enrique de Inglaterra afirmó sentirse “devastado” y señaló a su padre por la situación que atravesaba en lo que respectaba a su seguridad cuando viaja al Reino Unido, retirada desde 2020 tras abandonar sus deberes reales: “No sé cuánto tiempo más le queda a mi padre. No me habla por este asunto. Algunos miembros de mi familia nunca me perdonarán por escribir un libro. No tiene sentido seguir peleando”, decía a la televisión pública británica tras su varapalo judicial. Desde que llegó el pasado lunes, su faceta solidaria es la que más tiempo le ha ocupado en la agenda. El martes anunciaba una donación personal que supera el millón de euros para la organización benéfica de la cadena británica BBC Children in Need, que desde 1980 atiende a niños desfavorecidos y afectados por la violencia en el Reino Unido, lo que hizo saber a la organización en una reunión privada en el Community Recording Studio de Nottingham (centro de Inglaterra), donde fue recibido por un grupo de personas que corearon su nombre. En esa misma ciudad, participó en su primer acto oficial acompañado de su esposa, Meghan Markle, en 2017, pocos días después de anunciar su compromiso y tres años antes de renunciar ambos a sus funciones reales.Un grupo de periodistas a las puertas de Clarence House, a la espera de la llegada del príncipe Enrique, este miércoles.Carlos Jasso (REUTERS)Este mismo miércoles, Archewell Foundation, la fundación de Enrique de Inglaterra y su esposa, anunciaba una segunda donación de 500.000 dólares (unos 430.000 euros, al cambio actual). Según anunció su oficina, y recoge la agencia Reuters, el dinero irá destinado a proyectos que incluyen a la World Health Organization para ayudar a desarrollar prótesis y aportar otros tipos de apoyo a niños en Gaza y Ucrania. “Ninguna organización puede resolver esto por sí sola”, afirma el duque en una declaración. “Gaza tiene ahora la mayor densidad de niños amputados del mundo y en la historia. Se necesitan asociaciones entre el gobierno, la ciencia, la medicina, y la ayuda para garantizar que los niños sobrevivan y puedan recuperarse de las lesiones por explosión”, añade en la nota quien en el pasado sirvió en dos ocasiones en Afganistán, donde reconoció después que había matado a talibanes.

El rey Carlos III y Enrique de Inglaterra se reúnen 18 meses después de su último encuentro | Gente
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