Una de las características específicas de las células madre es que son capaces de convertirse en cualquier tejido del organismo dependiendo del microambiente que las rodee. Pero esta es la teoría. En la práctica, nuestros tejidos, o los de cualquier animal, son muy complejos. Normalmente, un tejido no está constituido por un único tipo de células. No es algo que puedas aislar con facilidad del resto del organismo. Y este es el primer problema. Para que una célula madre se convierta —en biología llamamos a ese proceso diferenciación— en una célula especializada tiene que estar en un microambiente determinado que imite a aquel en el que se diferencia en el organismo y esos microambientes no son nada sencillos de reproducir. Hasta el momento, la utilización de células madre para reparar o sustituir tejidos dañados está todavía en fase de investigación. Uno de los tejidos en el que se ha estudiado en profundidad esta técnica es el cardiaco. Todas las personas que lo investigamos somos conscientes de que el corazón es muy complicado de regenerar. Eso es así por lo que te decía al principio, en el corazón no hay un solo tipo celular, sino que en él encontramos diferentes tipos celulares, con diferentes funciones: células musculares contráctiles, células que actúan a modo de marcapasos y permiten conducción eléctrica, células que forman los vasos sanguíneos, células que dan soporte estructural, células del sistema nervioso, e incluso células madre, las denominadas células cardiacas residentes. Todas ellas hacen que el corazón realice su función. Es decir, para reproducirlo sano necesitaríamos una “célula madre” capaz de lograr células que trasmitan electricidad, células que se contraigan, etc. Son tantos tipos de células diferentes que, con la tecnología de la que ahora mismo disponemos, no podemos conseguir regenerar totalmente este tejido. Y lo mismo que ocurre con el tejido cardiaco, sucede con el resto de tejidos. Se ha investigado muchísimo y se ha avanzado considerablemente lo que nos ha permitido aplicar células madre y diferenciadas, e incluso derivados de estas células, como son los exosomas y las microvesículas. Todos estos productos, y otros como la terapia génica y la ingeniería de tejidos, están incluidos en lo que llamamos medicamentos de terapias avanzadas, productos que se han utilizado para reparar muchos de los tejidos que forman el organismo, pero con resultados modestos. Un tratamiento realmente consolidado, que vayas al médico porque tienes una enfermedad o una lesión y ese médico pueda ponerte un tratamiento como te receta paracetamol, todavía no lo hemos conseguido. Es importante entender que en medicina regenerativa, que así se llama esté área, estamos avanzando mucho, pero todavía no hemos llegado a desarrollar todos los tratamientos consolidados que nos hubiera gustado.Actualmente, conseguimos pequeños avances en reparación que nos permiten ver que diferentes tipos celulares pueden ayudar a la regeneración de algunos tejidos. Pero la realidad está muy lejos de algunas cosas que puedes leer o escuchar sobre terapias con células madre que compañías, quizá no muy éticas, venden como si fuera posible.A día de hoy, tratamientos consolidados de terapias avanzadas solo existen tres: uso de condrocitos, de células del ligamento corneal y piel ingenierizada. Estos tres productos sí están consolidados. Es también muy importante entender que estamos hablando de un medicamento. Y como tal, deben estar autorizados por la Agencia Española del Medicamento. No es algo que puedas comprar en una farmacia. Cada vez que un médico especialista quiere tratar a un paciente con cualquiera de estos productos debe obtener la autorización de la agencia. Y son tratamientos difíciles de aplicar, lo que quiere decir que los médicos que lo solicitan deben probar que saben manejar estos productos. Lo mismo ocurre con la producción/fabricación, también se necesita obtener el permiso. El propósito es aplicar a los pacientes medicamentos que cumplan con los más altos estándares de calidad.Además de estos casos, también hay pacientes que han recibido este tipo de medicamentos para tratar sus enfermedades o sus lesiones porque han participado en ensayos clínicos. Los ensayos clínicos son los estudios de investigación que se realizan para probar la eficacia y la seguridad de los tratamientos. Y otros que las han recibido en lo que llamamos uso compasivo, que es cuando se obtiene autorización para darle a una persona con una enfermedad que no responde a ningún tratamiento algún fármaco o terapia que no está aprobada, pero ya ha sido testada en ensayos clínicos. Es cierto que cuando se empezó a investigar con células madre se generaron expectativas muy altas. Parecía que la medicina regenerativa iba a ser la solución a todo y que además estaba a la vuelta de la esquina. Pero no podemos vender humo. Lo que hemos visto en todos estos años y en cientos de investigaciones es que es cierto que las posibilidades son muchas, pero todavía están lejos de consolidarse en la práctica clínica diaria.María Eugenia Fernández Santos es la directora técnica de la Unidad de Producción de Medicamentos de Terapia Avanzada y Medicina Regenerativa y del Laboratorio de Investigación Traslacional en Cardiología del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.Coordinación y redacción: Victoria Toro.Pregunta enviada vía email por Claudia E Garza Cantu.Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por el programa L’Oréal-Unesco ‘For Women in Science’ y por Bristol Myers Squibb, que contesta a las dudas de los lectores sobre ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por X #nosotrasrespondemos.Los consejos de este consultorio son de carácter general y no sustituyen la consulta médica. Si tiene dudas sobre su problema concreto, diríjase a su profesional de la salud.

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